Un villabañense jubilado repara un chozo con muchos siglos de historia

Tras seis meses de trabajo, Epifanio Ávila Gregorio ha rehabilitado de manera altruista una cabaña a las afueras del pueblo, y sus cuentas la sitúan en 1714

Epifanio Ávila Gregorio, jubilado de 75 años y natural de la localidad de Villabáñez ha decidido contribuir de manera desinteresada al desarrollo de la historia de su municipio. El pueblo, situado entre Tudela de Duero y Villavaquerín, con 562 personas censadas en el Padrón Municipal, ha inaugurado una cabaña, con más de 300 años, y que se ha bautizado bajo el nombre Chozo del Salerillo, gracias a la labor de una persona que, voluntariamente, decidió el pasado enero poner en marcha la obra de restauración, tras tener en mente la idea desde hace dos años.

«En una zona a cuatro kilómetros de la localidad existen siete chozos antiguos, en muy mal estado, donde tiempo atrás los pastores vivían. Decidí comenzar a reparar uno de ellos, que se encontraba hundido, y mi labor acaba con la inauguración del Chozo del Salerillo», ha asegurado Epifanio Ávila, que ha subrayado que el acto ha servido para homenajear «a todos los pastores de estas tierras». Respecto al origen de la cabaña, el regente del restaurante Ávila, uno de los dos bares de Villabáñez, hace sus cuentas con el testimonio de Roque Peña San José, su suegro.

«Él, que era pastor, me contó que su bisabuelo ya le hablaba del chozo, que dormía allí, y que lo databa en 1714, es decir, como mínimo tiene 300 años de antigüedad», ha subrayado. Epifanio Ávila, que encontró la cabaña «hundida por el paso del tiempo», lleva trabajando seis meses en la restauración. «La reforma la he realizado por mi cuenta, con ayuda puntual de mi mujer. El chozo mide tres metros de altura y posee una circunferencia de cinco metros», ha destacado, y añade que «ha sido bendecido por el cura del pueblo, el padre Julián».

Fuente: El Norte de Castilla

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